Un nuevo golpe a la libertad de expresión se cometió en Jalisco, con el secuestro del periodista Jaime Barrera Rodríguez. El fiscal estatal, Luis Joaquín Méndez Ruiz, informó que el periodista fue abordado por entre tres o cuatro personas armadas cuando salía de una estación de radio donde conducía un noticiario.
Jaime fue director editorial de MILENIO Jalisco, un periodista con una larga trayectoria como conductor de noticias en Televisión y Radio, columnista en medios impresos de aquel estado.
El secuestro del reportero ocurre en un momento en que se recrudece la violencia ligada a la delincuencia organizada que controla y ocupa amplias regiones en el territorio.
Pero también se comete el delito contra el periodista jalisciense en un momento de linchamiento del ejercicio periodístico desde Palacio Nacional, con descalificaciones como “medios de desinformación” o “medios de manipulación”.
De acuerdo con organizaciones internacionales, México es uno de los países más peligrosos para el ejercicio periodístico.
De acuerdo con Artículo 19, asciende a 42 periodistas asesinados en lo que va del sexenio de Andrés Manuel López Obrador.
Los niveles de violencia y el nuevo rumbo que toma con crímenes políticos de candidatos a cargos de elección popular, así como atentados como el perpetrado contra el periodista Ciro Gómez Leyva, preocupa a una sociedad alarmada por la escalada violenta.
Puebla ha sido escenario de la estremecedora acción criminal que se ha extendido a los periodistas, como ocurrió con el reportero de Tehuacán, Marco Aurelio Ramírez Hernández, asesinado por sicarios.
Han sido años de un ambiente de violencia, inseguridad pública y criminalidad en el país, y los mexicanos reclaman paz para acabar con este dolor que lastima a cientos de miles de familias que han perdido a un ser querido, por los miles de desaparecidos (as), los hijos e hijas en la orfandad; las víctimas colaterales por los diversos delitos y los daños patrimoniales.
Los periodistas en lo particular siguen siendo objeto de la persecución, el hostigamiento y la presión de autoridades gubernamentales con presiones a las empresas editoriales para despedirlos, censurarlos y extorsionarlos.
Ahora los periodistas son asediados por la delincuencia, en ambos casos, en agravio y perjuicio de la libertad de expresión y de la democracia.
Jaime Barrera Rodríguez fue reportado inicialmente como desaparecido en la zona metropolitana de Guadalajara, posteriormente confirmado el secuestro por un comando armado, como lo informó la Fiscalía General de Jalisco.
Será muy lamentable que lo ocurrido en Jalisco sea un aviso ominoso de lo que está por venir en esta delicada coyuntura de la renovación de la Presidencia de la República, de las respectivas cámaras del Congreso de la Unión, de nueve gubernaturas y cientos de gobiernos municipales.
Al igual que miles de periodistas mexicanos, queremos de regreso al periodista Jaime Barrera Rodríguez.
Face: Pablo Ruiz Meza
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