Morena será un partido dominante, no habrá voto diferenciado: politólogo

PARTE I

El pragmatismo político con tránsfugas priistas a Morena es con el objetivo de convertir al partido oficialista en un partido dominante como el que gobierna Venezuela, es lo que está en juego en las elecciones presidenciales del 2 de junio. Considera el politólogo Humberto Moreno Velador, profesor investigador de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la BUAP, al advertir la caída de las ideologías en este proceso electoral donde imperó el pragmatismo de todos los partidos políticos.

Advierte que como tendencia internacional, el pragmatismo político se reflejará en el sentido del sufragio en las elecciones concurrentes donde la gente votará el mismo color en las boletas para Presidente, diputados, senadores, gobernadores y presidentes municipales.

Miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) Nivel I, Moreno Velador ubica al presidente Andrés Manuel López Obrador como un presidente de centro izquierda, alejado de la izquierda radical; encaja como mandatario carismático y populista, en la acepción de incluir a las mayorías.

Lo mismo hay populistas de izquierda que de derecha, pero señala que con todo el perfil del Presidente de centro izquierda, en México persiste el modelo económico capitalista.

“Sigue siendo un país con una economía ligada a la economía internacional, con constante atracción de capitales internacionales; hay una presencia muy marcada de los grandes empresarios regionales y globales”, subraya.

En un escenario donde las intenciones del voto favorezcan a Claudia Sheinbaum, el académico prevé un cambio significativo en la conducción del país por la personalidad de la abanderada morenista.

“En principio, lo que diría es que la personalidad de una candidata como Claudia Sheinbaum es muy diferente a la que tiene López Obrador, carismático y un fenómeno histórico para la política mexicana; pero además, va a cambiar también de manera muy importante el discurso polarizante”.

Cuestionado respecto a si López Obrador, en caso de ganar Sheinbaum, la dejará gobernar, el politólogo señaló que en México no está permitida la reelección, y el punto es que la administración estará en manos de una, ya sea Xóchitl Gálvez o Claudia Sheinbaum, y esto va a dificultar la incidencia práctica de López Obrador.

VOTARÁ EL 80 %; VAN POR UN SOLO COLOR

Experto en investigación socio-política de México, el doctor Octavio Humberto Moreno explica que la normalidad democrática en participación del electorado en una votación es del 40 por ciento, una medida internacional de estándares mínimos para una democracia,

En México, la última elección presidencial de 2018 tuvo una participación de 80 por ciento de la población, y en este hay una alta participación política en general.

En el caso específico de los jóvenes, calcula hay 50 por ciento que acude a sufragar, y esta tendencia se mantendrá en estas elecciones concurrentes.

Entrevistado en su cubículo de la Facultad de Ciencias Políticas de la BUAP, explicó además que en México se calcula que actualmente hay 30 por ciento del voto que se encuentra indeciso; ese 30 por ciento del electorado decide su voto frente a la urna, no antes, enfatizó.

Ese es un porcentaje del voto que en México actualmente se está disputando porque concentra en partes iguales a los sectores de jóvenes y la clase media.

Respecto al comportamiento de los votantes en las elecciones concurrentes, considera que no habrá voto cruzado o diferenciado, por el contrario, usualmente la gente vota por el mismo color partidista cuando se vota por Presidente, Cámara de Diputados, gobernador y presidentes municipales, se trata de un fenómeno internacional.

En el caso particular de Morena, apuntó, abre la posibilidad de una sobrerrepresentación, como ya se observó en las elecciones federales de 2021, con altos niveles de participación.

Existen otro tipo de contextos donde se da un voto dividido, esto es más difícil que se presente en las diferentes elecciones, es decir, que la gente vote por un color por Presidente y otro color por el Congreso; no es tan frecuente, precisó Moreno Velador.

El problema con el voto dividido es que puede generar lo que se conoce como gobiernos divididos, es decir, en términos de eficiencia gubernamental, muchas de las decisiones del Ejecutivo van a tener contrapeso en el Legislativo, y no hay avances en las reformas.

Se pudo observar a partir del año 2000 con los primeros gobiernos de alternancia con un Presidente del PAN, pero el Congreso de la Unión estaba dominado por el PRI, entonces había un choque constante.

“Es un escenario que favorece el contrapeso de poderes, pero por el otro lado impide la eficiencia gubernamental, porque tenemos dos Poderes que chocan constantemente”, reiteró.

Por esa razón, añadió, está en el centro de la disputa electoral en este 2024 obtener la mayoría calificada en las cámaras de diputados y senadores para favorecer las reformas de la 4T.

TRANSFUGUISMO DE PRIISTAS A MORENA

Sólo en este contexto se puede entender en transfuguismo de priistas y de otros colores partidistas para favorecer la mayoría calificada y fortalecer la presencia en México de un partido dominante, como lo pretende Morena.

Es una medida sana en términos de convivencia democrática, a costa de que se polaricen las fuerzas políticas, pero advierte Moreno Velador:

Se corre el riesgo de tener un partido dominante como lo observamos en Venezuela, con una oposición que se niega a participar en la elección, y constantemente desconozca al poder constituido.

Por un lado, explicó el doctor en Ciencias Políticas, el fenómeno del transfuguismo, en términos de la coherencia ideológica se puede criticar: cómo es posible que alguien que venía siendo azul o verde, de un momento a otro pase a ser rojo (o guinda) ¿verdad?

“Pero desde una perspectiva de la política pragmática, no es algo que necesariamente se vea mal, ¿por qué?, porque es parte del rejuego del poder democrático ante una fuerza dominante, pues puede ser que las fuerzas que están interesadas en llevar adelante su agenda, a costa de negociar, decidan cambiar”.

“Lo que hemos observado por parte de la militancia de Morena es que hay sectores que ven favorable ese fenómeno, lo ven en términos de fortalecer al partido. Es decir, aceptan el pragmatismo político como una forma de sumar fuerzas”, subrayó.

Puntualizó existe una memoria histórica en México y si bien nunca ha existido partido único como ocurrió en la Unión Soviética y prevalece en Cuba, en el país predominó el PRI como partido hegemónico, y Morena se estaría perfilando como un partido dominante.

Ante tanto pragmatismo como lo hemos visto ¿se puede hablar de una caída de las ideologías?, se le cuestionó al académico.

“Sí. Por supuesto. La gran mayoría de la gente vive y persiste en un espacio intermedio  de las ideologías, donde no necesariamente les preocupa izquierda o derecha, no necesariamente les preocupa tal o cual proyecto político, sino su sobrevivencia cotidiana”.

Y añade: “A veces hace indistinguible un discurso del azul, del verde, del rojo (del guinda), todos prometen y aparentemente hablan de lo mismo”,

Hoy en día, por ejemplo, apuntó, un tema como la agenda de género, que es una reivindicación de izquierda antiquísima, pues hay grupos de derecha que hablan de tener un feminismo católico, un feminismo conservador.

Esto hablaría de esta difusión de los espacios ideológicos, de las coherencias, y que estos fenómenos también los vemos en diferentes temas, añadió.

 AMLO, UN PRESIDENTE DE CENTRO IZQUIERDA

Pese a la caída de las ideologías en las campañas electorales, “se puede observar cómo un político, y un gobierno también como el de Andrés Manuel López Obrador, es de centro izquierda, no de la izquierda radical

López Obrador está alejado de posturas del chavismo, más duras, no tiene una agenda de este tipo; el gobierno actual mexicano es un gobierno de centro izquierda, que sobre todo tiene una propuesta hacia lo social, básicamente apoyado en programas de transferencias de recursos.

Con un discurso de inclusión social, de inclusión de las mayorías, en ese aspecto, incluso discursivamente es más fuerte, incluso que sus propias prácticas, porque en ningún momento México ha estado en cuestionamiento, la persistencia de un modelo económico capitalista.

Sigue siendo un país con una economía ligada a la economía internacional, con constante atracción de capitales internacionales; hay una presencia muy marcada de los grandes empresarios regionales y globales.

Hoy México, agregó el investgador universitario, es un destino muy importante, se ha hablado poco sobre ello, de inversión de capitales hacia el sur del país, por toda la potencialidad de recursos naturales que existen ahí, vivimos un momento de expansión económica capitalista en México y la propuesta de López Obrador se preocupa por la atracción de ese tipo de capital, pero con una forma de redistribución económica más ampliada.

Curiosamente existe una reconstitución del papel estatal para regular capitales, para controlar recursos económicos; una relativa recomposición, pero el neoliberalismo como forma de acumulación, no ha desaparecido, aclaró.

“Siguen existiendo estas grandes empresas trasnacionales, sigue existiendo el flujo financiero y por la cantidad de recursos que tienen, es muy difícil eliminarlos o limitarlos totalmente.

El de López Obrador es un gobierno nacionalista, mas no fundamentalista, como existen en las derechas de otros países, y este conjunto de elementos lo hace parecidos a los gobiernos progresivos latinoamericanos de los últimos años: Evo Morales, en Bolivia; los Kirchner, en Argentina; en algún momento Ecuador, o en Brasil, con Inácio Lula da Silva y Dilma Vana Rousseff.

Se aproxima a esta tendencia latinoamericana de gobierno de izquierda, que ninguno de ellos, con la excepción del caso venezolano, han rayado en una agenda de izquierda radical; todos de centro izquierda, y México está en esa cauda desde hace seis años.