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Gobierno: política ambiental omisa y solo recaudatoria

Nada personal/Pablo Ruiz Meza

Sin pena ni gloria para el cuidado del medio ambiente de la metrópoli y del resto del estado fue el paso de Beatriz Manrique Guevara como secretaria del Medio Ambiente del gobierno estatal. Originaria de León, Guanajuato, la ahora ex funcionaria estatal ingresó al gabinete estatal en el gobierno del difunto Miguel Barbosa Huerta, como una cuota al Partido Verde Ecologista de México (PVEM).

En plena crisis ambiental por la actividad volcánica del Popocatépetl por la emisión de exhalaciones y tremor con la emisión de ceniza durante varios días, la secretaria del ramo dejó el cargo.

Manrique Guevara dejó más dudas que certeza en  los resultados en el cuidado del medio ambiente, limitándose a una estrategia recaudatoria con la imposición de la verificación vehicular, sin que se reflejara lo recaudado en favor del medio ambiente.

Sin ofrecer una explicación de su dimisión, la funcionaria y el titular del Ejecutivo estatal no fijaron ninguna postura respecto al daño causado al río Atoyac al sur de la ciudad capital, donde la agrupación Antorcha Campesina rellena con escombro una zona federal donde edifica viviendas.

Beatriz Manrique prefirió guardar silencio respecto a los atropellos cometidos por el antorchismo  en las laderas del Atoyac, en perjuicio del afluente y de los daños a fraccionamientos así como a colonias por donde transita transporte pesado al predio federal que se apropió Antorcha.

Es entendible la complicidad de Manrique y el gobierno de Sergio Salomón Céspedes con las atrocidades ambientales cometidas por la agrupación que ha tenido protección por los gobiernos, del estado y municipales.

Pese a las facultades de la legislación estatal, la Secretaría del Medio Ambiente no clausuró el tiradero ilegal de escombro en la barranca federal, por lo que cobran para ello a los constructores, porque además de dañar el afluente, lucran con el daño criminal al medio ambiente.

Otro de los daños ocasionados al río Atoyac y otros que cruzan la zona metropolitana fue la omisión grave de las autoridades ambientales para no obligar a las empresas y a los ayuntamientos para instalar y poner en operación las plantas tratadoras de aguas residuales.

La ex funcionaria del Medio Ambiente, pero el gobierno estatal como autoridad responsable, no aclara tampoco el estado en que se encuentran los llamados centros de acopio de residuos sólidos, muchos de ellos en estado deplorable en la mayoría de los municipios.

Sigue siendo lamentable que las secretarías del gabinete estatal se otorguen como posiciones políticas a partidos que ni es Verde ni promueven políticas públicas al favor del medio ambiente, en la media que el PVEM es un partido satélite que solo lucra y se acomoda cada sexenio, como una franquicia partidista familiar.

No existe política ambiental, y se utiliza el discurso del cuidado y protección del medio ambiente solo para eventos oficiales y firmas de convenios inútiles de coordinación, solo para la fotografía oficial, como el firmado con el gobierno de Tlaxcala para el “rescate” del Río Atoyac.

La zona metropolitana de la ciudad de Puebla requiere de políticas públicas para el cuidado del medio ambiente, pero el tema no es de interés de la federación y el estado, porque, pese a los discursos oficiales, en el presupuesto de gasto anual disminuye,

A menos de un año de gobierno en la era de la Cuarta Transformación en el estado, es un desastre el resultado del cuidado y protección del medio ambiente, con todo y los “parches” en el Parque Ecológico y el Parque del Arte.

Face: Pablo Ruiz Meza

E-mail: pabloruiz91516@gmail.com