De acuerdo a las encuestas aplicadas por Monera para elegir candidatas (os) en las nueve gubernaturas, la constante fue el rechazo ciudadano al PRI, el partido por el que no votarían. Suponiendo la veracidad del levantamiento de las encuestas morenistas, el Revolucionario Institucional tiene la mayor desaprobación, muy por arriba del PAN.   

Pero pese al desprestigio y debilitamiento del otrora partido-gobierno, se quedó con las mejores posiciones para postular candidatos al Senado y a las diputaciones federales en los estados.

En Puebla, siete de los 16 distritos electorales serán para abanderados priista, incluida la primera fórmula al Senado.

Si el objetivo de la oposición electoral del PAN, PRI y PRD es “impedir” que el partido gobernante Morena se quede con la mayoría de los escaños en las cámaras Alta y Baja, con el predominio priista en las candidaturas, difícilmente se puede esperar un buen resultado para la oposición.   

En la era de “Alito” Moreno en el PRI, logra obtener las rebanadas más grandes del pastel en el reparto de diputaciones federales y al Senado, en medio de una creciente desaprobación de los votantes.

Con el éxodo de miles de priista a Morena desde el año 2016 para incorporarse a las filas del movimiento lopezobradorista, el PRI quedó prácticamente en “huesos” y se vendió caro en la alianza electoral opositora.

La pregunta es con qué priistas, tanto candidatos como base social, pretenden ganar los distritos electorales federales.

El PRI, por ejemplo, con la mano en la cintura cedió la candidatura a PAN a la alcaldía poblana porque ya tiene en Morena a uno de sus principales cuadros, Pepe Chedraui, para ser el abanderado.

Los contados priistas en la ciudad capital ya están en Morena, con Chedraui en Morena, y no moverán un dedo a favor de las aspiraciones del panista Mario Riestra Piña, porque en Puebla capital, en los hechos. el PRI va con Morena.    

A reserva de conocerse los nombres y apellido de candidatos y candidatas del PRI en el frente opositor con el PAN y PRD, se podrá comprobar si los abanderados tricolores serán lastres o motores para las candidaturas presidencial de Xóchitl Gálvez, a la gubernatura con Eduardo Rivera.

Hasta hoy el PRI ha ganado la partido al PAN y PRD, con altas probabilidades de que logren presencia en las cámaras Baja y Alta, lo que permitirá al ex gobernador campechano vender caro su amor a Morena en el Senado y en la Cámara de Diputados.

Al PRI le tendrán sin cuidado las campañas presidencial de Gálvez, a la gubernatura de Rivera Pérez, y mucho menos a la alcaldía poblana con Mario Riestra.