A 55 años de los asesinatos de estudiantes en manos del ejército mexicano en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco, de aquel 2 de Octubre de 1968, me surgen varias interrogantes.
Una de las preguntas es qué pensarán hoy los sobrevivientes, sus hijos y nietos de aquella matanza; del contraste de las fuerzas armadas de aquel 1968 al poder de los militares en este 2023.
55 años después, militares de diferentes rangos ocupan hoy posiciones estratégicas en el gobierno federal, y en estados en áreas de seguridad pública, en la era de la autoproclamada “izquierda” de la 4T.
De la represión al movimiento estudiantil de la década de los sesenta del Siglo XX, a este 2023 en el naciente Siglo XXI, ocurrieron muchos hechos relacionados a las “secuelas” de la masacre.
Para empezar, hoy como parte del patrimonio de los mexicanos, del movimiento progresista y de izquierda, contamos con un amplio acervo bibliográfico, fílmico y documentos en el archivo de la nación.
Los testimonios de los líderes presos en la cárcel de Lecumberri, estudiantes y maestros; José Revueltas y Heberto Castillo, entre muchos presos del gobierno del PRI del poblano presidente Gustavo Díaz Ordaz.
Fue la década de la rebelión de los jóvenes en Francia; de la música, la minifalda y la moda en Estados Unidos y varios sitios del mundo, como lo fue en México.
Pero la realidad fue muy cruda para los jóvenes de los sesenta, muchos de ellos del movimiento estudiantil y universitario que se extendió a estados como Puebla, Sinaloa, Guerrero, Michoacán…
La represión no terminó con la matanza del 2 de Octubre de 1968, le siguió una guerra de baja intensidad de la llamada “guerra sucia” contra los jóvenes orillados a la vía armada en la guerrilla. con su expresión de agrupaciones como la “Liga Comunista 23 de Septiembre”.
Las muertes de la plaza de las tres culturas se multiplicaron en los estados como Guerrero y Puebla con la represión, persecución y asesinato de dirigentes sociales y universitarios, entrada la década de los setenta.
Las fuerzas armadas jugaron un papel destacado en la represión en ciudades y pueblos serranos.
Hoy son los militares quienes ocupan los lugares estratégicos que bien podían ocupar civiles egresados de universidades de los estados y de la UNAM, esta última principal protagonista del 2 de Octubre de aquel 1968.
Que opinarán los sobrevivientes del 68, los hijos y los nietos de esa generación, del uso de la fuerza del Estado con el gobierno de la Cuarta Transformación de “izquierda” para traer de regreso a México al General ex secretario de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos, para evitar respondiera ante la justicia de Estados Unidos por acusaciones de actividades ligadas al narcotráfico y el lavado de dinero.
Se trata del mismo General que siendo titular de la Sedena en el sexenio del priista Enrique Peña Nieto ocurrió la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa, en Iguala, Guerrero, donde se señaló la participación del 27 Batallón de Infantería del Ejército Mexicano, denunciado ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
Qué pensará por la mente de los sobrevivientes del 68, sus hijos, nietos y quizá hasta bisnietos, de la imagen de elementos con el uniforme verde olivo masacrando a estudiantes en Tlatelolco, y 55 años después, de la misma institución castrense, se giraron 83 órdenes de aprehensión contra mandos militares y soldados por la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa.
A 55 años de la represión a los estudiantes en 2 de octubre de 1968, de los años subsecuentes de la “guerra sucia” y exterminio de lideres sociales y universitarios, pasando por Ayotzinapa, qué pensarán ahora del papel destacado de los militares al frente de los aeropuertos nacionales, dueños de Mexicana de Aviación, operadores del Tren Maya… en la era del gobierno de “izquierda” de la 4T.