En el PRI ya no hay quién cierre la puerta y apague la luz del edificio sede del partido en la Dialogan Defensores de la República, porque todos se fueron a Morena desde 2018. El partido oficialista Morena de Andrés Manuel López Obrador se ha nutrido de priistas; para ponerlo en el terreno poblano, lo atraer al ex gobernador Manuel Bartlett Díaz.

Priista de origen como el de AMLO, Bartlett se unió al movimiento de transformación atraído con el discurso del nacionalismo revolucionario en defensa de los recursos energético, y le dieron la dirección de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).

Al ex gobernador priista López Obrador le “perdonó” haber escamoteado la victoria presidencial electoral en 1988 al “Ingeniero” Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, para favorecer a Carlos Salinas de Gortari.

En ese tiempo de neoliberalismo rapaz del PRI tan criticado por el gobierno de la 4T, Bartlett Díaz fue premiado como la Secretaría de Educación Pública federal, y luego la gubernatura de Puebla, por dedazo, obviamente, y luego se unió a las filas de la “izquierda”.

Manuel Bartlett Díaz es el padre de los priistas poblanos, es el “Moisés” que abrió los mares con la vara para que lo siguieran a Morena personajes como Ignacio Mier Velazco, Mario Marín Torres y Alejandro Armenta Mier, Julio Huerta… y miles de priistas poblanos

Uno de los priistas que hizo lo propio para estar al lado de López Obrador fue el chiapaneco avecindado en Puebla Javier López Zavala, el ex candidato a gobernador en 2010, pero un feminicidio en 2022 del que es señalado como presunto, se lo impidió, pero ahí estuviera.

Como estos personajes priistas, les han seguido para emigrar a Morena dos ex candidatos a gobernador en las elecciones ordinarias y extraordinarias en 2018: Enrique Doger Guerrero y Alberto Jiménez Merino.

Resulta entonces risible la amenaza del presidente del CDE del PRI, Néstor Caramillo Medina, de expulsar de ese partido a personajes como Enrique Doger, Alberto Jiménez y el cetemista Leobarto Soto.

El amago de expulsión de debe a que cada uno de los personajes señalados se han volcado como parte de los equipos de aspirantes de Morena a la gubernatura de los también ex priistas Ignacio Mier Velazco, Alejandro Armenta Mier y Julio Huerta Gómez.

Pero la amenaza de la expulsión de priistas podría llegar muy tarde porque la mayoría de priistas ya no están en ese partido, porque se han marchado a Morena desde 2018. 

Agustín Guerrero, secretario general del partido oficialista Morena en el estado de Puebla, declaró en una entrevista con La Jornada de Oriente, que de 2018 a 2023 emigraron miles de priistas. Aseguró en un lustro el PRI y PRD perdieron a 78 y 81 por ciento de militancia, respectivamente, de cada 10, sólo quedaron dos.

El PAN y mc también han tenido fuga de militantes, declaró el dirigente morenista.

Aquí la pregunta a Néstor Camarillo, líder estatal del PRI, a quién quiere expulsar de ese partido si la mayoría de militantes ya están afiliados a morena.

Si Camarillo aplicará los estatutos del PRI de expulsar a militantes por apoyar a Morena, el PRI en Puebla desparecería, debido al inconfesable cogobierno o contubernio que tiene el PRI con el gobierno estatal.