El diputado federal poblano morenista, Ignacio Mier Velasco, sigue en la línea de soldado raso, pero como le ocurrió a los soldados japoneses en la trinchera en la Segunda Guerra Mundial, nadie le avisó del cambio de general al mando. La imprudencia e incondicionalidad que siempre ha mostrado para acatar a pie puntillas la orden presidencial lo llevó a abrir la boca para pretender congraciarse al anunciar que en septiembre estarían aprobadas las iniciativas de reforma enviadas por el presidente a la Cámara de Diputados.
Esta postura boquifloja del exdiputado priista que aprobó el Fobaproa con Ernesto Zedillo, ahora como coordinador de la bancada de Morena en la Cámara de Diputados, causó con sus declaraciones de “queda bien”, alteraciones en el tipo de cambio que golpeó al peso mexicano.
Mier, que parece no entenderle al comportamiento del mercado financiero, soslayó la primera reacción de los inversionistas en la Bolsa Mexicana de Valores justo un día después del resultado de las elecciones federales que perfilaron una mayoría calificada de Morena en las dos Cámaras.
Los circuitos financieros enviaron con la caída de la Bolsa de Valores, un primer mensaje de preocupación respecto al control camaral para aprobar las reformas constitucionales enviadas por el todavía presidente Andrés Manuel López Obrador.
Pese al malestar en el mercado financiero, que motivó rumores de la presunta fuga de capitales, Ignacio Mier metió la pata con ese desplante arrogante que le inspiró el resultado electoral arrasador, para anunciar ayer por la mañana que las reforma se aprobarían en septiembre.
Fueron pocas las horas de lo dicho por el “novato” e imprudente Mier Velasco para que el mercado cambiario le respondiera con una pérdida al peso mexicano en el tipo de cambio, que obligó a la intervención de la virtual presidenta electa, Claudia Sheinbaum.
La candidata electa, como se difundió ayer, le explicó a la presidenta del Fondo Monetario Internacional (FMI) de la permanencia del titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, Rogelio Ramírez de la O, y que las reformas pasarían por un proceso de diálogo y consenso.
Acuerdo y diálogo no existieron en el vocabulario del poblano legislador morenista que actúo como oficialía de partes del Poder Ejecutivo federal para aprobar sus reformas, sin cambiarle un punto ni una coma, hasta con torpeza legislativa, violentando los procedimientos, ignorando las diversas voces parlamentarias.
Por la noche, posterior a la intervención de la presidenta electa, el gobierno logró tranquilizar el mercado financiero y el tipo de cambio cerró con mejor nivel de cotización, pero la novatada y la imprudencia ya se había cometido, así como la enmienda.
Más tarde, para curarse en salud, el diputado federal poblano Ignacio Mier Velasco envió un comunicado para prácticamente pedir perdón, al asegurar que “habrá diálogo y apertura, (y) no aprobaremos alguna iniciativa que ponga en riesgo la viabilidad y la estabilidad económica del país”.
En un acto de responsabilidad, dijo Mier en un comunicado, que con el propósito de garantizar certeza a los mercados nacionales e internacionales (Sic) y la estabilidad de los indicadores macroeconómicos.
“Quiero precisar que la ruta, y en su caso, dictaminar las iniciativas (de reformas) será una vez que concluya el cómputo de la elección presidencial (…) para tener una reunión que permita revisar tiempo, pertinencia, viabilidad y conveniencia de las distintas reformas constitucionales en el Congreso de la Unión”, explicó Mier, al recular de lo dicho por la mañana que alteró el tipo de cambio.
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