En el marco del Día Internacional de los Derechos Humanos y para cerrar los 16 días de activismo que arrancaron el 25 de noviembre, la IBERO Puebla develó el antimonumento “Hasta encontrarles” y dio por iniciada su Campaña Universitaria 2020-2021: Educar en resiliencia comunitaria: el camino hacia la memoria, la verdad y la justicia.
Como expresó Mario Patrón Sánchez, rector de la Universidad Jesuita, la pandemia ha evidenciado las desigualdades, lo que se traduce en la falta de vigencia de derechos asociados con seguridad social, económica, cultural y ambiental. Al mismo tiempo, esto deriva en una la falta de acceso a derechos fundamentales.
En los últimos trece años, la guerra declarada contra el narcotráfico no ha logrado pacificar al país. Por el contrario, se registran más de 80,000 personas desaparecidas y 180,000 asesinadas en la última década. “La desaparición forzada es lo peor que le puede pasar a una familia. Es la tortura momento a momento por pensar en dónde están los seres queridos”.
La Campaña Universitaria 2020-2021 sirve para colocar a las víctimas en el centro y recordar la responsabilidad que se tiene como institución educativa y como parte de una sociedad. La apuesta es a la formación en resiliencia comunitaria para que el alumnado aprenda a ser competente, pero también compasivo.
Patrón Sánchez explicó que la pertinencia del antimonumento es simbolizar las antítesis de la sociedad a la que se quiere aspirar. Bajo el lema Hasta encontrarles, se busca dibujar el rostro de mujeres y hombres que han recorrido largos caminos hacia la justicia, pero que han obtenido un continuum de violencia como respuesta. “Este proyecto devela nuestra identidad jesuita. Somos una Universidad comprometida con la realidad y con los desprotegidos”.
HACIA LA RECONCILIACIÓN
Previo a la develación del antimonumento, los integrantes del Consejo de Rectoría compartieron la Declaratoria de la Campaña Universitaria 2020-2021. En ella, se reconoce que existe un gran desafío de generar la capacidad de anteponerse a la adversidad, donde la educación en resiliencia comunitaria es fundamental para llegar a la verdad, la memoria y la justicia.
Las situaciones que implican pérdidas y duelos no siempre son equiparables. Así, las circunstancias que permitan la resiliencia tienen una triple dimensión: el desarrollo de un ambiente de cuidado y afecto; la sensibilización, concientización y acción por parte de la Comunidad Universitaria, y el impulso de acciones de incidencia social.
En la Campaña, se comprende la justicia como el trabajo por la transformación de las estructuras económicas, políticas y sociales. “La Universidad debe promover la justicia como un principio en favor del bien común”. Esto implica la contribución a los quehaceres públicos que promuevan la igualdad de oportunidades y la acción comprometida por parte de las autoridades.
PRIMERA LÍNEA
“Nos sentimos en la IBERO Puebla como en nuestra casa, porque tratan de entendernos y nos acompañan”, compartió María Luisa Núñez Barojas, fundadora del colectivo Voces de los desaparecidos en Puebla y madre que ha buscado a su hijo Giovanni por más de tres años.
Para la activista, el estado tiene una gran deuda con la ciudadanía. Las autoridades ven a los colectivos como un obstáculo, mientras que estos pugnan, desde el amor incondicional, por los derechos de todas las personas desaparecidas. “Nuestra lucha es en contra de esa indiferencia por parte de un Gobierno indolente, de esas figuras que se han perdido en un puesto”.
Por ello, el ejercicio de empatía tendría que calar a las personas en el poder, pues las acciones de las personas que caminan junto al dolor buscan transmitir la esencia de la lucha: “amor, para que no haya más personas desaparecidas”. Su movimiento es, en sí mismo, un antimonumento.
Paulina y su hijo desaparecieron el 25 de agosto de 2015. “Nosotros, a quienes somos llamados las ‘víctimas indirectas’, exigimos ser reconocidos, respetados y sujetos de nuestros derechos”. María del Rocío Limón Maldonado, activista y madre de Paulina, propuso hacer modificaciones a los protocolos de búsqueda. Reprobó la violenta forma en la que se arrebatan a las personas de sus seres amados, lo cual representa un vuelco incomparable a la realidad.
Identificó que la ausencia de la procuración de derechos es el patrón en las historias de desaparecidos, fomentada por las carencias de todas las personas responsables de dar justicia. De ahí la importancia de que la sociedad se incluya en todos los procesos de la vida pública. “Hoy podría ser madre y abuela, pero solo soy una víctima”, cerró.
El antimonumento Hasta encontrarles fue diseñado por colaboradoras del Instituto de Diseño e Innovación Tecnológica (IDIT) de la IBERO Puebla y reposará en la Lonja Xavier Cacho, SJ, una de las zonas más concurridas y mejor conocidas por la Comunidad Universitaria.