2026: clave en la economía, seguridad y comicios 2027

Nada personal/Pablo Ruiz Meza
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El año nuevo empezará como todos años a la población con la cuesta de enero -por el gasto a veces frenético con cargo a la tarjeta de crédito y al “aguinaldo”-. Se le suman a la cuesta el pago de impuestos (federales, estatales y municipales) así como el aumento de precios de productos y servicios al entrar en vigor las nuevas disposiciones fiscales, al reflejarse en la canasta básica.

En este último mes las refresqueras empezaron a incrementar los precios de los productos, sin que iniciará el año fiscal.

El costo de la vida se sentirá en el bolsillo las familias menos favorecidas por el incremento de precios de productos de provenientes de países asiáticos, al someterse a los aranceles aprobadas por el Poder Legislativo a esas importaciones.

Destacan en este rubro los impuestos a los productos textiles acabados como las prendas de vestir, calzado, enseres domésticos, herramientas juguetes, tecnología, vehículos automotores que encarecerá los servicios de comercializadoras como Temu, Shein…

Está por verse si la cuesta de enero no se prolonga al segundo o tercer mes del 2026, debido al entorno de la economía nacional.

Según las previsiones de crecimiento económico del PIB del Banco de México, la Cepal, Banco Mundial y calificadoras internacionales, será negativo como en 2025, con el alivio de que descartan una recesión económica.

Sin bien están a salvo los ingresos y el gasto para cumplir con programas sociales del Bienestar que les costará a los contribuyentes un billón de pesos, estos recursos no generan actividad productiva porque se destinan al consumo de alimentos y salud.

En el ámbito de la economía productiva, estados como Puebla tendrán un menor dinamismo porque obras como la instalación del Cablebús no moverá al sector de la construcción.

La entidad poblana no figura como destino de las megaobras del gobierno federal; la obra pública estatal no favorece a la industria de la construcción y las más ramas ligadas a este sector.

Serán contados los empresarios constructores beneficiados con la obra pública, y la de mayor calado están monopolizada por las fuerzas castrenses, y subrogan obra de cascajo a constructoras locales, “encareciendo el acceso” a la asignación de la obra.

Habrá que medir el impacto real a la economía local la instalación de empresas en el llamado Polo de Desarrollo, anunciado con 20 mil millones de pesos.

El gobierno federal y estatal, así como los inversionistas, deberán precisar si el capital llegará en un año, en forma gradual, y sí estos generan miles de empleos -por ser trabajo especializado- y en cuánto contribuirán el PIB estatal.

Con una economía poblana basada en el crecimiento del más de 50 por ciento en la informalidad, el retó será mayor para el crecimiento del PIB, el incremento de la recaudación para la mejora de las finanzas públicas que impacte a favor de la infraestructura de movilidad urbana, de las carreteras y la calidad de los servicios.

El entorno social y político del estado están ligados este año a resolver la demanda de mayor seguridad pública y abatimiento de los índices delictivos.

Este 2026 será también la antesala de las elecciones locales y federales intermedias de 2027, y lo que se haga o deje de hacer se reflejará en las urnas durante los comicios concurrentes.

X@pabl_ruiz

Face: Pablo Ruiz Meza

E-Mail: como_director@yahoo.com.mx

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