Las demandas de paz, la justicia y contra la violencia en la marcha del 15 de noviembre convocada por la Generación Z y el Movimiento el Sombreros de Uruapan se diluyeron en una nube de humo por petardos, gases lacrimógenos y químicos de extintores. La acción del llamado “bloque negro” logró su objetivo de distorsionar y diluir los mensajes de discrepancia de sectores de la sociedad por hecho hasta ga fecha por el régimen de la 4T.
En Puebla ocurrió exactamente lo mismo, guardando proporciones; un grupo de personas que se trasladó del Zócalo a Casa Aguayo -sede del Poder Ejecutivo- para retirar vallas y dañar una patrulla de la SSP, sin ninguna justificación.
Pero los actos de violencia de extendieron en varias ciudades donde se realizaron las marchas convocadas por la Generación Z como en Guadalajara, Jalisco, Michoacán y Ciudad de México, en esta última ciudad por tratarse de la capital del país y sede de los tres Poderes.
La participación de miles de personas en la caminata del Ángel de la Independencia a la plancha del Zócalo fue pacifica, pero cientos de encapuchados se infiltraron para emprender actos violentos.
Con base a diversos reportes periodísticos, documentaron cómo integrantes encapuchados del “bloqueo negro” portaban hasta sierras para cortar metal, cadenas, martillos y otros objetos para derribar el muro de contención colocado por las policías capitalinas y federales.
ENCAPUCHADOS DEL BLOQUE NEGRO, CON LICENCIA PARA REVENTAR MARCHAS
Fue notoria la ausencia de una estrategia de las áreas de inteligencia del gobierno de Clara Brugada y del gobierno federal encabezado por Claudia Sheinbaum para desarticular con tácticas de persuasión a los encapuchados del “bloque negro”.
Se trata un grupo similar a los halcones del gobierno de Luis Echeverria que se infiltra en las manifestaciones ciudadanas para reventar las marchas de protesta, principalmente en el Zócalo de CdMx.
Está claro que las acciones de destrozos del “bloque negro” es un dispositivo de Estado en las áreas de inteligencia de contrainsurgencia del gobierno.
Nutrido el grupo con pandilleros, el objetivo es distraer la atención de las demandas sociales y colocar los hechos de violencia en el primer plano, como saquear negocios y dañar inmuebles.
En la capital del estado han sufrido ataques inmuebles como la antigua sede del Poder Legislativo al prenderle fuego a la puerta principal, el grafiti de edificios del Centro Histórico, incluidos muros perimetrales de la Catedral y daños a la fuente de San Miguel.
Las personas vestidas de negro y encapuchadas son enviadas para reventar las marchas de la oposición al gobierno, o contra los actos de grupos sociales.
El grado de violencia que ejercen este grupo de provocadores por consigna depende de la importancia de las protestas, el interés oficial para minimizar las demandas y magnificar los hechos de violencia.
En la marcha nacional de la Generación Z y sombreros de Uruapan, ganaron la calle para manifestarse contra la inseguridad pública y la violencia criminal durante este régimen, a pesar de estar contrarrestado por los encapuchados al servicio del oficialismo.
SHEINBAUM PARDO, Y LA NARRATIVA CONTRA LA DERECHA Y LA VIOLENCIA
Para el gobierno de la presunta izquierda en el gobierno de la 4T -aunque en realidad son más socialdemócratas como el anterior régimen priista- la narrativa presidencial contra la derecha como la mano que meció la cuna de la Generación Z, fue el anuncio del sabotaje.
Contario al papel de presidenta de todos los mexicanos, Claudia Sheinbaum mostró el rostro de la antidemocracia al pretender desacreditar la marcha convocada por la Generación Z como una manifestación “de la derecha”.
Y aunque así fuera, una marcha “de la derecha”, se trata de un ejercicio constitucional de libertad de reunión y expresión, porque las calles y las plazas públicas no son propiedad de Morena, el partido oficial, ni del régimen imponiendo un Estado de excepción.
Sheinbaum se alineó en el discurso y las acciones de gobierno a las líneas de acciones perfiladas desde casa del refugio de Andrés Manuel López Obrador, en Palenque, Chiapas, convertido en el búnker donde se diseñan las estrategias del oficialismo.
De gira por el estado de Tabasco, coincidente con el día de la marcha del 15 de noviembre, Sheinbaum reiteró su lealtad incondicional con el expresidente al reiterar en un evento masivo de gobierno que era “un honor estar con Obrador”.
En la tierra de los López -López Obrador y Adán López – Sheinbaum se mofó de los pronósticos de quienes califica de omentócratas y conductores (de noticias en medios electrónicos).
Aseguró la presidenta que alentaban un distanciamiento de ella con AMLO, pero se equivocan -arengó ante sus seguidores- porque es “es honor estar con Obrador”, refrendó la presidenta en un acto de abyección de la investidura presidencial a tu antecesor.
En este contexto, la marcha de la Generación Z con la adhesión del movimiento de los sombreros de Uruapan que reclaman justicia por el asesinato del alcalde Carlos Manzo, solo tiznó la maquinaria de la aplanadora de la 4T que se impondrá en las intermedias de 2027.
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