
Los ajustes en los equipos de colaboradores de los gobernantes son tan normales y los gobernados no deberían sorprenderse.
El mandato popular lo tiene el gobernador Alejandro Armenta, y está comprometido con los votantes y la población en general a dar resultados.
Si bien los secretarios del gabinete legal y ampliado, incluidos mandos medios hacen el juramente de hacer cumplir la ley, la responsabilidad es del mandatario estatal.
Es relevante entonces el relevo en la Subsecretaría de Egresos de la Secretaría de Planeación y Finanzas (SPF), Víctor Hugo Domínguez Amado.
Domínguez Amado no era cualquier funcionario público, se trata de un subsecretario que desde la campaña interna en Morena y la constitucional por la gubernatura, le administró las finanzas, mucho dinero para la promoción y la estructura electoral.

Bien a bien no se tiene claro si lo enfermaron o se enfermó para ausentarse del importante cargo, pero por resultados no tendría peros porque fue el operador financiero del esquema de pago adelantado de la deuda del Museo Internacional del Barroco (MIB), reservado por cinco años para conocerse los términos de las quitas y la contraprestación.
A este cargo público en la Secretaría de Planeación y Finanzas donde se abre y se cierra la llave de los gastos, arribó Daniela Stephanie Pérez Calderón, de la mano del jefe del gabinete estatal, José Luis García Parra, el sobrino político del “villano favorito”
En esta ruta de los relevos sordeados en el equipo del titular del Ejecutivo estatal fue colocado Iván García Pérez en la Oficialía Mayor de la Secretaria de Educación Pública, quien tiene como carta de presentación como servidor público haber sido el secretario particular del gobernador Mario Marín Torres.

García Pérez es el poder tras el trono en la SEP estatal donde el secretario de Educación Pública ha trascendido, más allá de presumir origen en los pueblos originarios.
El esquema del equipo de gobierno se ha caracterizado por designar como titulares de algunas secretarías del gabinete a figuras del partido Morena, a deportistas, a las hijas e hijos de amigos, compañeros de generación universitaria o aliados en las campañas.
Empero, el poder real en la estructura del gobierno de estado lo tienen los subsecretarios, hombres y mujeres de mayor confianza del gobernador.
Son colaboradores tan capaces que brincan del Poder Ejecutivo al Poder Judicial, como ocurrió con los cambios en el Consejo de la Judicatura donde llegó como parte de avanzada Omar Farid Gómez Pérez quien fungía como director de la Secretaria Anticorrupción, para favorecer el arribo de Pedro Martínez Hernández.

A dos meses del primer informe de gobierno a nadie deberá sorprender cambios importantes en el gabinete estatal que coordina García Parra, y los relevos más importantes involucrarían secretarías como la de Gobernación, Educación y Deportes.
Adelantada la contienda interna de Morena para las elecciones municipales y legislativas (locales y federales) y la puesta en marcha de proyectos insignia del gobierno de Armenta, como el Cablebús.
Requiere el gobierno cambios en la composición del gabinete estatal, porque al iniciae del primer año de gobierno fue útil con un gabinete de “luna de miel” o del “bono democrático” que les otorgó el electorado.