En la víspera del Día “D”, la Comisión de Prerrogativas del Instituto Nacional Electoral (INE) perfiló la resolución a favor de la sobrerrepresentación de Morena y partidos aliados para tener la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados.
Posterior a un largo debate entre el oficialismo, la oposición, juristas y analistas políticos, el Consejo General del INE aprobará un dictamen que le da el control parlamentario absoluto de Morena.
Se repite en el Congres de la Unión el predominio absolutista que mantuvo durante años el Partido Revolucionario Institucional (PRI), antes y después de la reforma política de 1978 impulsada por Jesús Reyes Heroles, para dar espacio a las minorías, incluida la izquierda electorera.
A 46 años de la reforma político-electoral, se revierte la tendencia electoral a favor de Morena, y como lo hizo el PRI, ejerce el poder político absoluto para tener el control de la Cámara Baja, para favorecer las reformas constitucionales del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Se repite la historia del PRI con Morena en 2024, y no precisamente sería motivo de orgullo para la sociedad, porque la presunta izquierda repite el papel absolutista del PRI contra las minorías parlamentarias.
Aunque la resolución del INE de sobrerrepresentación del Morena en la Cámara de Diputados deberá pasar por la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), esta decisión a favor de Morena y partidos aliados constituye una regresión de la democracia.
El otrora partido-gobierno, el PRI, y el PAN, que también fue gobierno, terminan reducidos a una minoría testimonial, porque la sobrerrepresentación de Morena y aliados los reducen a “cero”.
A diferencia del absolutismo político del PRI que mantuvo un equilibro entre los Poderes del Estado, y en varias ocasiones abrió espacios a la minoría, con Morena dominando la Cámara de Diputados van por el control y sometimiento del Poder Judicial.
Con el dominio del aparto gubernamental y el control de la Cámara Baja, la aprobación de la reforma judicial obradorista para la elección popular de jueces, magistrados y ministros, Morena no solo va a partidizar las elecciones de jueces, sino que controlará el proceso comicial para favorecer a los candidatos proclives al oficialismo.
Nuevamente el país estará sumergido en la agenda de gastos millonarios subterráneos en campañas -como lo hicieron con las “corcholatas” presidenciales- a favor de candidatos a jueces, magistrados y ministros, más el presupuesto de miles de millones de pesos para que el INE organice la votación, en el primer bloque para el 2025, según la propuesta.
Morena enfrenta una realidad diferente en el Senado respecto a la mayoría absoluta, misma que depende de dos votos más, mismos que vendrán de la misma oposición, principalmente del PRI y PRD, por la cercanía orgánica con Morena.
Los tiempos políticos por venir en México serán muy complejos, con una regresión de la democracia y en la separación de poderes, con el Poder Ejecutivo sometiendo a los otros dos poderes, sin independencia ni autonomía: el absolutismo presidencial.
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Face: Pablo Ruiz Meza
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