A los aspirantes a la candidatura de morena a la gubernatura les haría bien ser muy transparentes y aclarar si existen prácticas nefastas de nepotismo, que lo mismo ocurre en el sector público que en el ámbito privado de las empresas.
El miércoles 5 cuando ofrecía una conferencia de prensa en la Cámara de Diputados, el legislador federal líder de la bancada de Morena, Ignacio Mier Velazco, fue increpado por la diputada panista María Elena Pérez Jaén-Zermeño.
Su colega en el Poder Legislativa lo interrumpió para reclamarle la existencia de un “conflicto de interés” porque Marco Fernando Mier, hermano del morenista, es funcionario en la Auditoría Superior de la Federación (ASF) desde hace un año.
Pero ¿cuál es el motivo de la impugnación de que el hermano de Nacho Mier trabaje en la Auditoría Superior?, además del reclamo de nepotismo, es el conflicto de interés en la rendición de las cuentas públicas.
Marco Fernando Mier trabaja en el órgano autónomo como director adjunto de la Unidad de Normatividad y Enlace Legislativo desde el 1 de julio de 2021, contratado por el auditor David Colmenares.
¿Dónde radica el conflicto de interés de Mier al tener a su hermano en la Auditoría Superior?, según lo dicho por la diputada de Acción Nacional, es para tener “el control” de la Auditoría Superior en la revisión de las cuentas públicas.
Evidentemente la información es poder y auditar las cuentas públicas de los estados y municipios, en una coyuntura como la electoral para elegir a candidatos a gobernador, diputados y alcaldes en 2024, es una tentación en el uso de las auditorías para intereses político partidistas y ponerle el pie a los adversarios, propios y extraños.
El mismo Mier Velazco fue víctima de una intriga al ser acusado de presunto lavado de dinero de acuerdo a documentos de una supuesta investigación en su contra por la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF).
En esa ocasión la revelación periodística de la presunta investigación de la UIF a cargo de Santiago Nieto, involucró a los socios del legislador federal, mismos que siguen presos, Arturo Rueda y Francisco Romero Serrano, pero por otros delitos.
La acción judicial y la campaña mediática contra Ignacio Mier la atribuyó la propia víctima al finado Miguel Barbosa, a su primo Alejandro Armenta Mier, entonces presidente de la Comisión de Hacienda del Senado, y a Santiago Nieto, a quienes se refería como los “tres cochinitos”.
Nacho Mier rechazó haya un conflicto de interés o ilegalidad en la contratación de su hermano Marco Fernando Mier en la Auditoria Superior de la Federación, pero si no es ilegal es inmortal.



