El profesor de la Ibero Puebla comparte su experiencia como parte del equipo de animación que dio vida a Pinocho y reflexiona sobre lo que representa impulsar a nuevas generaciones de creativos.
A finales de 2022, Guillermo del Toro acudió a una entrevista con el comediante Jimmy Fallon acompañado por el elenco de Pinocho, largometraje que anoche fue galardonada con el Óscar a mejor película animada. El director mexicano explicó la mecánica detrás de las figurillas de Pinocho y Geppetto que aparecen en la cinta. “La idea es que se conviertan en actores”, indicó el cineasta.
Igual que el niño de madera y su padre carpintero, la pequeña Alma reposa entre las manos de su creador, Antonio Pedroche Aguirre (Atlixco, 37 años), mientras este describe su experiencia como parte del equipo de animación de la película. “Es mi proyecto estrella, el más grande que he tenido”, celebra el también profesor de la IBERO Puebla.
Mientras sus estudiantes de la asignatura Temas selectos de la animación elaboran sus propios modelados de marionetas, Pedroche Aguirre relata que se sumó al crew de Del Toro gracias a su participación en la película de Luis Téllez, Inzomia. “Las personas con las que fui a trabajar en Guadalajara son excepcionales, increíbles, supertalentosas, grandes artistas y, sobre todo, muy humanos”.
Con 12 años de experiencia en la industria, el diseñador gráfico de formación se ha especializado en stop motion, una técnica que consiste en aparentar movimiento a través de la sucesión de fotografías fijas. Su talento lo llevó a fundar una casa productora, Kraneo Estudio, la cual ha elaborado materiales publicitarios para empresas como Televisa y Amazon.
Alma nació como uno de los primeros proyectos de Kraneo Estudio, al convertirse en la protagonista del cortometraje Luciérnagas, proyecto que ocupa sus ratos libres y que espera completar con el apoyo financiero del Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE). Ha sido este trabajo como director el que le ha permitido hacer un diagnóstico de la industria en nuestro país. “Hay muchas oportunidades, muchos estudios están naciendo”.
Al mismo tiempo, reconoce su responsabilidad como impulsor de nuevos talentos desde la labor docente: “Compartir conocimiento con los estudiantes me agrada mucho porque creo que puedo lograr que su curva de aprendizaje sea menor a la que yo tuve, y de esa manera, en algún futuro, podamos colaborar en proyectos”.
La asignatura que Antonio Pedroche imparte en la IBERO Puebla pertenece a la Licenciatura en Diseño de Interacción y Animación. No obstante, está disponible para estudiantes de otros programas académicos como Comunicación y Diseño Industrial.
“Agradezco a Guillermo [del Toro] por darnos esta oportunidad de aportar un granito de arena en un proyecto que desde hace muchos años tenía. Él quería que aportáramos para que se siga creando industria aquí en México”: Antonio Pedroche
Tal es el caso de Judith Jiménez Nieto, quien aspira a convertirse en directora de proyectos de stop motion. Actualmente, se encuentra desarrollando al que podría ser el protagonista de su primera historia: “Mi personaje es un zorrito aviador que sueña con volar, pero en realidad no puede. Construye una especie de avión, pero con un huacal y con un rehilete como hélices y se imagina que vuela”.
El grupo de Pedroche Aguirre aprecia las cualidades artesanales de la técnica de animación en volumen. El estudiante Rodolfo Azomoza Pastor asegura que “es muy valioso aprender otra forma de narrar una historia”, mientras ultima detalles de un esqueleto de marioneta hecho con alambre de cobre. “¡Se pone de pie!”, celebra junto a sus compañeros.
Mientras el resto del grupo termina de experimentar con metales y plastilinas epóxicas, Andrés Timm Gopar señala que la técnica demanda paciencia y preproducción meticulosa para dirigir al “actor” y llevarlo a la pantalla. “Es una aproximación artística distinta a las ideas. Se pueden abordar conceptos y saberes que son muy válidos para un niño, pero también para un adulto, y que nos permite explorar y revisitar temas importantes como la muerte”, comenta el alumno.
Antonio Pedroche se despide de sus estudiantes —y quizá futuros colegas— y ordena los últimos bancos del taller. Cuando se le pide que dé un consejo a las nuevas generaciones, refrenda la importancia de dar a conocer los talentos a través de las redes sociales y profesionalizarse de forma permanente. “En algún momento puedes lograr tus objetivos y tus sueños”, dice con Aura como testigo y un Óscar en su currículum.