Hoy en día, más del 55% de la población mundial es urbana; en América del Norte llega a más del 80%. Uno de cada ocho personas vive en megaciudades. El desarrollo urbano demanda una gestión inteligente para mejorar la vida de los habitantes. Una forma de hacerlo es a través del fortalecimiento de las relaciones entre la urbanidad y la ruralidad bajo la lógica del cuidado ambiental.
La IBERO Puebla presentó el Doctorado Interinstitucional en Hábitat y Sustentabilidad, un programa académico ofrecido de manera conjunta con el ITESO de Guadalajara y la IBERO León. Se trata de una apuesta conjunta para dar respuesta académica a los temas apremiantes relacionados con el cuidado de la casa común, la sustentabilidad y la procuración de los espacios de convivencia.
Xavier Recio Oviedo, director del Departamento de Arte, Diseño y Arquitectura (DADA) de la IBERO Puebla, destacó que el programa académico contribuirá a vincular perfiles profesionales que sumen al desarrollo de espacios más sustentables. “Nuestra apuesta es problematizar e incidir, vincularnos en el equilibrio de los ecosistemas, así como en el desarrollo social”.
Puebla no es ajena a la crisis provocada por la urbanidad. La expansión de las zonas metropolitanas de Puebla-Tlaxcala, Teziutlán y Tehuacán son escenarios de concentración de inversiones, deterioro del suelo e intervenciones agresivas del mercado inmobiliario. Además, proyectos como Ciudad Modelo o la zona habitacional de Val’Quirico han desagregado valores sociales y culturales a las poblaciones en donde se asientan.
Como consecuencia, se han agudizado las pugnas por la defensa de los recursos naturales (como el ‘caso Bonafont’), así como la falta de viviendas y el encarecimiento de combustibles. “Hay un vaciamiento de la ciudad central; estamos produciendo ciudades nuevas en las periferias. Y hemos llegado al límite”, aseguró Francisco Valverde Díaz de León, académico del DADA.
Estas actividades también han pasado factura en las políticas habitacionales. Como informó Lorena Cabrera Montiel, coordinadora de la Especialidad en Gestión Integral del Riesgo de la IBERO Puebla, una cuarta parte de las viviendas se encuentran en alguna forma de rezago. Además, un 20% de la población vive en hacinamiento o riesgo por las condiciones de los hogares.
La gestión patrimonial también ha sido problemática: 30% de las viviendas no cuenta con escrituras; la mitad de la población no tiene acceso a créditos hipotecarios; el 57% ha recurrido a la construcción, pero hay más de seis millones de viviendas abandonadas en el país. Sintetizó la académica: “Se hace imprescindible encontrar nuevos enfoques a la gestión del hábitat que generen soluciones e innovaciones tecnológicas”, sintetizó.
Se espera que los egresados del doctorado interinstitucional contribuyan a la comprensión de las dinámicas entre la planeación urbana y los costos ambientales de la actividad humana. Para ello, la plantilla de docentes incluye a colaboradores de diferentes espacios académicos especializados.
Uno de ellos es el Instituto de Investigaciones en Medio Ambiente Xabier Gorostiaga, SJ (IIMA) de la IBERO Puebla. Sus trabajos recientes se han enfocado en la cuenca del Alto Atoyac, cuyas principales problemáticas son la contaminación del acuífero y la escasez de agua. El hecho de que el 94% de la población de la región sea urbana impacta en el uso del suelo y la disminución de la vegetación: solo el 15% de la superficie actual es boscosa.
Por si fuera poco, el río Atoyac, el segundo más contaminado del país, no ha tenido un proceso de saneamiento adecuado. Aunado a ello, la falta de acceso equitativo al agua y los efectos del cambio climático han provocado un estado de tensión permanente en la zona que ha mermado la calidad de vida de los lugareños.
Por ello, el IIMA ha dirigido sus líneas de investigación hacia la gestión integrada de las cuencas hidrológicas; el diagnóstico y conservación de la biodiversidad; el establecimiento de acciones para contrarrestar los efectos del cambio climático, y una propuesta de gobernanza ambiental para territorios sustentables y resilientes. Así lo expuso su directora, la Dra. Valentina Campos Cabral.
El Doctorado Interinstitucional en Hábitat y Sustentabilidad está constituido en tres ejes: relación entre sociedad, territorio y ecosistemas; entorno construido, y mediaciones tecnológicas. Sus distintas coordinaciones convienen en que todas las actividades humanas deben ser revisadas y adecuadas al buen funcionamiento tanto de lo vivo como de lo no vivo. El fin último, insisten, es el resguardo de la casa común.