En un evento marcado por el reencuentro entre compañeros y amigos de las resistencias sureñas, la IBERO Puebla celebró la presentación del libro Chiapas es una escuela. Enseñanzas de rebeldía y humanidad. Texto que recopila vivencias y reflexiones de su autor, Roger Maldonado Baqueiro, desde el levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) hasta sus experiencias como profesor de campo en la Universidad Jesuita.
El texto supone un homenaje al compromiso del ser y hacer del autor en un territorio que, por sí solo, educa en la rebeldía. Además, está escrito en una línea que también compete a la Casa de Estudios: animar a la Comunidad Universitaria a una campaña relacionada con “educar en resiliencia comunitaria: el camino a la verdad, la memoria y la justicia”.
Del libro emanan reflexiones relacionadas con el zapatismo como luz de esperanza para los movimientos izquierdistas latinoamericanos y la soberanía de los pueblos originarios. El Mtro. Juan Luis Hernández Avendaño, director general del Medio Universitario, no obvió el lado oscuro de la historia: “las páginas hacen recordar la masacre de Acteal y lo que supuso la ‘guerra sucia’”.
A la presentación acudieron múltiples generaciones de exalumnos de Roger Maldonado, como fue el caso de Eugenia Vigil Escalera. La egresada de Ciencias Ambientales y Desarrollo Sustentable de la IBERO Puebla rescató la metodología de sistematización de experiencias como una fuente de conocimiento que surge desde la práctica.
Se trata de un enfoque pedagógico y político que encapsula el acompañamiento a la digna rabia durante el levantamiento del EZLN y que “aporta a tener una mirada crítica cargada de compromiso y entrega”. El texto, comentó, invita a la organización para la búsqueda de un mundo donde quepan muchos mundos, los cuales se conviertan en una experiencia pedagógica permanente.
Escrito desde el amor, el dolor y la rebeldía en San Cristóbal de las Casas, el anecdotario describe la relación dialéctica entre las vivencias del autor y los problemas sociales de la época: los movimientos estudiantiles, el racismo hacia los pueblos indígenas y el estallido del zapatismo. Al mismo tiempo, enfatiza la relevancia de la participación de la sociedad civil y pone sobre la mesa la dificultad para construir redes sin arrebatar protagonismos.
A partir de la declaración de guerra al Estado mexicano surgió la necesidad de una figura que expresara al exterior las dolencias experimentadas por el pueblo chiapaneco. Como expresó la Mtra. Rosalba Zambrano Velasco, profesora de asignatura de la IBERO Puebla: “Es la violencia estructural que han vivido y viven los pueblos indígenas: asesinatos coordinados, allanamientos, desplazamientos, torturas, luchas…”.
Por su parte, Ana Lidya Flores Marín, directora de Comunicación Institucional, compartió fotografías que destacaron las experiencias de Maldonado Baqueiro como profesor; el último de sus proyectos antes de la pandemia fue el Servicio Social de Inmersión en Chiapas para alumnos de la Universidad Jesuita. “Roger siempre ha acompañado a los jóvenes diciéndoles cómo caminar con congruencia y con amor con los pueblos”.
El libro aborda temáticas relacionadas con las dinámicas familiares, la mercantilización del dolor y la solidaridad compasiva. Además, recalca que la lucha de los pueblos de Chiapas ha puesto en tela de juicio la “identidad nacional” que esconde el racismo detrás de la categoría del mestizo.
Se aborda el compromiso de personas de diferentes orígenes, pero también toca diferentes heridas abiertas que se convirtieron en dolores fecundos en el florecer del EZLN. Reflexionó María Eugenia Sánchez Díaz de Rivera, investigadora de la IBERO Puebla: “Todo el libro transpira la posibilidad de construir presentes dignos sin dejar de resistir y celebrar. ¿Cómo hacer para recuperar esa dignidad?”.
DE VIVA VOZ
Al momento del levantamiento de 1994, Roger Maldonado ya formaba parte de grupos defensores de derechos humanos; las violaciones a los mismos permitieron cambios estructurales en México. Los indígenas chiapanecos, comentó el autor durante el evento, mostraron el sentido de la rebelión como un derecho.
Los no indígenas que se incorporaron a la lucha aprendieron lecciones que, a su vez, emanaban de la teología de la liberación, una corriente que apostaba por la educación popular como una forma de hacer frente al capitalismo. Mediante el análisis de la realidad, estos grupos y sus aliados reclamaron democracia, justicia y libertad como nuevos valores rectores.
Las demandas y sus voceros siguen vigentes: buscan la igualdad entre hombres y mujeres y la plena identificación de la identidad nacional. El autor destacó el papel de las mujeres indígenas como una vanguardia de feminismo comunitario que culminó con la postulación de la precandidata presidencial Marichuy en 2018. “La rebeldía de las mujeres zapatistas dejan atrás el espíritu roto de la mal llamada conquista para exigir respeto”.
Conmovido por la recepción del auditorio, alertó sobre la carga del militarismo en México, donde Chiapas funge como maqueta de un posible Estado gobernado por la milicia. A su vez, puntualizó que los megaproyectos cautivan a una fracción de la sociedad civil, pero que se erigen a costa de las comunidades y sus cosmovisiones.