Durante la pandemia del coronavirus (Covid), no sola la entonces alcaldesa morenista Claudia Rivera Vivanco entregó ventiladores defectuosos, hizo lo propio la Secretaría de Salud federal que repartió 2 mil ventiladores Philips defectuosos en 255 hospitales del país.
Los equipos, valuados en 20 millones de dólares, llegaron a México en mayo de 2020 y fueron distribuidos en hospitales de todo el país para atender a enfermos con Covid-19.
De esos ventiladores defectuosos, durante el gobierno de Luis Miguel Barbosa Huerta, y la Secretaría de Salud estatal a cargo de José Antonio Martínez García, recibió 77 para diversos hospitales del estado, mismos que forman parte del inventario hospitalario, pese a los riesgos.
Una investigación de la agencia de protección de la salud de Estados Unidos descubrió que los equipos eran peligrosos y podían causar muertes, ya que contenían espuma de poliuretano que podía ahogar a los pacientes, por lo que ordenó su retiro.
Sin embargo, pese la advertencia, los ventiladores siguen instalados en hospitales federales y de distintos estados como Puebla, reveló Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI).
En mayo de 2020, el gobierno de México recibió dos mil ventiladores modelo E30 de la marca Philips para ser utilizados durante la emergencia sanitaria por Covid-19.
“La espuma de poliuretano con base de poliéster (PE-PUR) utilizada en estos dispositivos para reducir el ruido y las vibraciones puede deteriorarse. Si esto ocurre, trozos negros de espuma, o ciertos productos químicos que no son visibles, pueden ser inhalados o tragados por la persona que utiliza el dispositivo”, alertó en junio de 2021 un reporte de la FDA, agencia del Gobierno de los Estados Unidos encargada de proteger la salud pública.
” Estos problemas podrían provocar lesiones graves y requerir intervención médica para evitar lesiones permanentes”, añadió la FDA en un par de reportes que fueron actualizados en junio de 2023 y abril de 2024.
En esos reportes, la FDA refiere que entre los ventiladores retirados del mercado están las máquinas de presión positiva continua en las vías respiratorias (CPAP, por sus siglas en inglés), y en particular el modelo E30, que es el mismo que el gobierno de México distribuyó en hospitales para atender a pacientes por Covid-19.
En Puebla estos ventiladores defectuosos que puede causarle la muerte a los pacientes fueron recibidos y siguen utilizándose en los siguientes hospitales: 5 ventiladores en Hospital de Zacatlán ($50 mil); 10 al Hospital General Zona Norte ($100 mil) y 1 al Cessa de San Aparicio ($10 mil).
Además, 5 al Hospital de Tehuacán ($50 mil); 5 al Hospital de Teziutlán ($50 mil); 5 en Hospital de Izúcar de Matamoros (450 mil) ¸15 Hospital General de San Pablo del Monte ($150 mil) y 10 al Hospital General del Sur ($100 mil).
Enviaron también 1 al Hospital Ceesa de Cholula; 5 al Hospital de Huejotzingo ($50 mil); 5 Hospital General de Huejotzingo ($50 mil); 5 al Hospital General de Izúcar de Matamoros y 5 Hospital General de Atlixco ($50 mil).
En un comunicado fechado el 15 de mayo de 2020, la Secretaría de Relaciones Exteriores informó de la recepción en el Aeropuerto de la Ciudad de México de dos mil ventiladores de la marca Philips, que serían donados a hospitales públicos de todo el país.
Los ventiladores volaron desde Chicago y fueron recibidos por el entonces secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, y los directivos de Philips en México, César Carrasco, en ese entonces director general, y Mario Pérez Monzó, director comercial.
En ese comunicado no se menciona el tipo de equipo que se recibió, pero en documentos de la Secretaría de Salud consultados por Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) consta que los dos mil respiradores eran modelo E30, como los que la FDA identificó como peligrosos para la salud.
En total 255 hospitales en todo el país recibieron en sus instalaciones entre 1 o 50 de los ventiladores modelo E30 de la marca Philips.
El Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER), ubicado en la Ciudad de México, fue el que más ventiladores recibió, con un total de 50.
El Hospital Civil Antonio González Guevara, ubicado en Tepic, Nayarit; el Hospital Tierra Y Libertad, ubicado en Monterrey, Nuevo León, y el Hospital General de Querétaro recibieron cada uno 40 de los ventiladores, mientras que el Hospital General de Mexicali obtuvo 38.
En esa base de datos oficial se menciona que cada ventilador tuvo un costo estimado de 10 mil dólares, por lo que en conjunto los dos mil equipos Philips representaron un costo de 20 millones de dólares.
Dos meses después de que los ventiladores Philips arribaron al país, la Secretaría de Salud hizo un balance del número de equipos con los que hasta ese momento se contaban para atender la emergencia por Covid, con el desglose por marca y el país de procedencia.
En ese otro documento también se confirma que los ventiladores Philips son del modelo E30, que es uno de los que según la FDA son peligrosos para los pacientes.
Incluso, en el documento fechado en julio de 2020 (once meses antes de la alerta de la FDA) se hace una singular advertencia, a manera de pregunta a los funcionarios de salud: “¿Es de su conocimiento que los respiradores Philips E30 deberían ser retirados después de que concluya la emergencia sanitaria?”
Hasta la fecha la Secretaría de Salud no informó si los ventiladores fueron retirados o por qué se insistía en que dejaran de ser utilizados después de la emergencia.
Fue hasta junio de 2021 que la FDA emitió un comunicado de seguridad en el que pidió que se retiraran del mercado ciertos ventiladores, entre ellos el E30.
Entre abril de 2021 y marzo de 2023, la FDA recibió más de 105 mil informes MDR, entre ellas 385 notificaciones de muerte, supuestamente asociadas a la degradación de la espuma utilizada en los aparatos respiratorios de Philips.
De acuerdo a una base de datos a la que se tuvo acceso para esta investigación, al menos mil 812 de los dos mil ventiladores fueron repartidos en 31 estados. La única entidad que no recibió equipos fue Tlaxcala.
Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad contactó, tanto vía telefónica como por correo electrónico, a la Secretaría de Salud Federal y las Secretarías de Salud estatales de Guanajuato y de San Luis Potosí, para que informaran si los ventiladores siguen en funcionamiento en sus hospitales, pero hasta el cierre de esta edición no hubo respuesta.
También se trató de localizar a Philips México, para que informara si supervisó el retiro de los ventiladores, pero tampoco se obtuvo alguna respuesta de su parte.
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