La polémica generada por la lideresa del Congreso local, la morenista Laura Artemisa García Chávez, para imponer el número de placas de motociclistas en cascos y chalecos, como una medida de abatir la inseguridad pública, solo ha generado el rechazo de los motoristas.
El fenómeno del crecimiento exponencial en el uso de motocicletas requiere de una atención integral como medio de transporte más popular, más allá de ser utilizada para cometer delitos.
Es urgente una reforma a la ley del transporte para regular el uso de las motocicletas de diferente cilindraje, misma que ha pasado uso recreativo y deportivo, a un medio de transporte familiar para acudir a la escuela o el trabajo, así como el uso intensivo por empresas de mensajería, comida rápida y el comercio.
La regulación en el uso de los vehículos de dos ruedas debe empezar desde la venta de las “motos”, incluir en la venta la obligación de las comercializadoras a impartir cursos de manejo. Además, cumplir con la certificación de la Secretaria de Transporte y Movilidad (STM) con un examen práctico, de conocimientos mecánicos y del reglamento de tránsito homologado en el estado.
Con el objetivo de proteger la vida de los motoristas, para obtener la licencia de conducir deberá adquirir y presentar un kid de protección, como requisito final.
Los fabricantes, comercializadores y oficinas recaudadoras del estado deben asumir su responsabilidad de origen, y eso será posible con una legislación y reglamento vial homologado en la entidad poblana para el uso de motocicletas como medio de transporte.
Prevalece el “canibalismo” vial de motociclistas, automovilistas y transportistas
Todos los días se puede observar cualquier cantidad de barbaridades cometidas por motoristas con la violación del reglamento de tránsito, principalmente por jóvenes, hombres y mujeres.
Para muchos de los motociclistas con menor cilindraje, pareciera que conducir uno de esos vehículos les da el derecho de “volarse los altos” con luz roja de los semáforos.
Invaden el derecho de paso peatonal, rebasan por la derecha, utilizan carriles confinados a bicicletas o del sistema ruta, se “brincan” los camellones, circular en sentido contrario, dan vueltas prohibidas, viajan con menores de edad, bebés, mascotas y hasta cuatro ocupantes…
Lo más grave de la falta de cultura vial de los motociclistas es la omisión del uso de equipos de protección, incluido el casco, así como la práctica de malabares y arrancones, sin que las autoridades viales intervengan para sancionar esas conductas.
“Acamoto 2025” es uno de los peores ejemplos del absurdo respecto al comportamiento de motortistas al combinar el uso del vehículo con el consumo de drogas y alcohol; en Acapulco ese evento provocó la muerte de nueve conductores en accidentes.
Al desorden vial en los centros urbanos se suman el uso de bicicletas y “motos” eléctricas, scotter, con ventas discriminadas sin medidas de protección ni licencias de manejo.
En particular las motocicletas eléctricas circulan sin la debida protección, con más de un pasajero, y cometiendo las mismas faltas viales que el resto de motociclistas.
En este ambiente de “canibalismo vial” en las zonas urbanas de la metrópoli poblana, se suma la actitud arrogante de automovilistas, conductores del transporte público de pasajeros y camiones de carga, intolerantes a la convivencia civilizada con vehículos de dos ruedas, bicicletas y scooter.
Lejos de criminalizar a los motociclistas obligándolo a portar en casco y chalecos los números de la placa de circulación, los diputados deben ocuparse en legislar medidas preventivas, así como ser más rigurosos en las sanciones por las violaciones al reglamento de tránsito.
Sistema de puntos para el retiro temporal y definitivo de licencias de manejo
Los motoristas, como el resto de conductores, deberán ser sometidos a sanciones acumuladas por faltas al reglamento de tránsito homologado en el estado.
Mediante un sistema de acumulación de puntos negativos por faltas menores y mayores al reglamento de tránsito, con la advertencia de la suspensión temporal y/o el retiro definitivo de la licencia de manejo, por acumulación de puntos negativos.
Sacar de la circulación a los violadores de los reglamentos de tránsito ayudará a disminuir accidentes viales, evitar las muertes y la pérdida de bienes patrimoniales.
De esta manera se contribuiría a una convivencia ordenada y “civilizada” en el uso de vialidades que haga más productiva la vida urbana, y favorezca el uso del transporte alternativo no contaminante.
La regulación del uso de motocicleta no puede reducirse a cascos y chalecos
Sin óptimos resultados de los gobiernos para abatir los índices delictivos, incluidos los homicidios dolosos que se cometen con el uso del vehículo de dos ruedas, se le ocurrió reciclar una antigua iniciativa de ley de la entonces Asamblea Legislativa de CdMx.
Fue el PVEM quien presentó hace una década la propuesta en CdMx – y posteriormente en la Cámara de Diputados- para legislar la obligación a motoristas de portar en cascos y chalecos el número de placa de circulación del vehículo para ser “identificados”.
Esa iniciativa legislativa la copiaron de una ley implementada en Colombia, la nación sudamericana que enfrentaba entonces altos índices de criminalidad ligados al narcotráfico, y muchos de los crímenes se cometían con el uso de motocicletas, conocidos como “motosicarios”.
En aquel país el uso obligatorio de los números de identificación vehicular no arrojó buenos resultados para disminuir los delitos porque aun con el número de placas “tatuados” se cometieron asesinatos utilizando las “motos”.
En Puebla, además de criminalizar a los motociclistas con el mote de “motosicarios”, suponen los diputados que con esa medida facilitará la pesquisa de homicidas. Nada más falso.
Si la delincuencia para cometer delitos clona patrullas de la Guardia Nacional para instalar retes falsos, la clonación del número de placas de motocicletas y alterar los registros, es pan comido para los delincuentes.
Si los militares en funciones de mandos policiales en el estado y municipios no dan resultados contra la delincuencia, que no usen como “chivo expiatorio” a los motoristas.
La verdadera ocupación de los legisladores debería centrarse en los serios problemas de movilidad y el uso creciente de las motocicletas como medios de transporte “familiar”, sin una reglamentación que evite la mortandad debido al aumento de los accidentes viales.
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Face: Pablo Ruiz Meza