En la Universidad Autónoma de Puebla no será la primera ni la última vez que el sector estudiantil se manifieste para reivindicar lo que considera sus necesidades para cursar sus estudios.
A raíz de lo ocurrido en la Facultad de Medicina donde los directivos cometieron omisiones y errores administrativos, lo que motivó la dimisión del director y una funcionaria, la rectora Lilia Cedillo Ramírez intervino de inmediato.
Conocedora de la vida universitaria donde estudió y se desempeña como académica con posgrados, entiende muy bien el lenguaje de las reivindicaciones estudiantiles para favorecer el diálogo.
Posterior a la presencia de los estudiantes en los accesos de la Ciudad Universitaria, con la adhesión de otras facultades con sus propios pliegos petitorios, el mensaje del jueves por la noche de la rectora a la comunidad universitaria establece puentes de comunicación para atender demandas.
Esta postura digna de una dirigente universitaria supera las versiones de supuestas “manos que mecen la cuna”, y de frente a los estudiantes los exhorta al diálogo para encontrar la solución satisfactoria de las demandas estudiantiles.
La UAP cuenta hoy con más espacios de diálogo y solución democrática de las necesidades estudiantiles, lejos de prácticas de confrontación irracional y hasta violentas ocurridas en otras décadas.
Exigencias y denuncias de diferente naturaleza, como el acoso a las y los estudiantes, así como la violencia de género, son temas que no tienen discusión, tratándose de los derechos humanos y universitarios.
El reiterado ofrecimiento de las mesas de trabajo para el diálogo directo ofrecidas por le rectora Lilia Cedillo Ramírez, pone en el centro a los universitarios para darle solución a sus demandas y requerimientos.
Se trata de un ejercicio de libre y pacífico para enmendar errores, y si las autoridades centrales y las de las respectivas unidades académicas han dejado de cumplir con sus responsabilidad y obligaciones académicas y administrativas, es una oportunidad de ida y vuelta para enmendarlos.
En la presentación de los propios pliegos petitorios de la Facultad de Medicina y otras unidades académicas, los estudiantes proponen plazos para su cumplimiento, sin rijosidad ni extremos que paralicen la vida institucional.
Si con el ofrecimiento de la rectora de instalar las mesas de trabajo y dar solución a las demandas legítimas de los estudiantes, grupos con otros intereses pretender llevar las demandas a un callejón sin salida para sabotear a la UAP, entrarían en un terreno de intereses externos.
Que bueno que la rectora dio la cara y fijó una postura de unidad y diálogo con los estudiantes para encausar la solución de sus demandas por las vías institucionales.
Empero los integrantes del Consejo Universitario deben acompañarla, no precisamente con pronunciamientos de apoyo, sino con acciones para corregir desviaciones o errores en las unidades académicas que afecten el desarrollo académicos y administrativos de la Máxima Casa de Estudios.
De principio, por el contenido del mensaje enviado ayer por la rectora Lilia Cedillo a la comunidad universitaria, la UAP recurre a su vocación democrática de diálogo y acuerdos, lo que hace más de tres décadas no existió porque privó la persecución, represión y exclusión de las voces disidentes.
X@pabl_ruiz
Face: Pablo Ruiz Meza
E-mail: como_director@yahoo.com.mx
