En plena efervescencia política en el estado y el país con el predominio del partido gobernante, es difícil soslayar su relevancia porque se consolida como el partido único para acceder al poder. Con el resultado del proceso interno en Morena para elegir a la “corcholata” presidencial, con el diseño de los lineamientos del fundador del Movimiento de la 4T, AMLO concluyó con éxito la designación de sus fichas a las nueve gubernaturas.

El partido Morena se convierte así en una aduana obligada para acceder a los cargos de elecciones popular en municipios, estados y distritos electorales federales.

Vendrá la tercera etapa designar a los candidatos a los escaños en la Cámara de Diputados y al Senado, así como en los distritos electorales locales de los estados y en los ayuntamientos.

Políticos de todos los signos que su única aspiración en acceder del poder, sin importar la identificación ideológica y política, o renunciando a sus convicciones y doctrina, ven en el partido Morena el puente de acceso a los tres órdenes de gobierno.

Solo en este contexto se puede entender el cobijo que un grupo de morenista aspirantes a la alcaldía poblana le dieron al empresario priista textilero José Chedraui, con un trato privilegiado.

Se conoció de la reunión de los aspirantes morenistas por la información divulgada a través de las redes sociales de la diputada Norma Merino Escamilla.

En la fotografía donde figuran el también legislador Iván Herrera Villagómez aparecen el regidor Leobardo Rodríguez y el secretario de Trabajo, Gabriel Biestro Medinilla, junto al ex diputado local del PRI y ex dirigente municipal Pepe Chedraui, hoy converso a la opción guinda.

Son los nuevos tiempos y los signos de la política local que se extenderá a los distritos electorales locales y en los municipios donde, si queda alguno, gobernado por el PRI, pasaran a esta práctica ortodoxa de priistas como Pepe Chedraui para vestir la camiseta de Morena, sin ruborizarse.

Y no es para menos, es el PRI transformado en Morena con sus mejores cuadros que retoman en poder político.

Se harán también el control del partido y de las candidaturas a las diputaciones y alcaldías con una estratega de priista con pedigree como lo es el virtual candidato a gobernador, Alejandro Armenta.

Dicho esto, aunque habría que ver todavía la fortaleza de la menguada oposición con un priismo poblano con medio cuerpo en Morena y un pie en el Frente Amplio, Armenta empieza a hablar y actuar como gobernador del estado, no como “virtual candidato”.

El senador prometió dos millones de votos a Claudia Sheinbaum, y va por todo en los distritos electorales locales y federales, y en los ayuntamientos, y va por arrasar echándose a la bolsa lo que queda del voto verde del PRI en las zonas rurales.