Una ironía para la política poblana. Un ex líder estatal priista, Alejandro Armenta Mier, es candidato del partido de “izquierda” Morena a la gubernatura, cuando el PRI registra los niveles más altos de rechazo.
La noche del viernes 10 de noviembre las caras largas y rostros desencajados de los barbosistas descafeinados y de Ignacio Mier Velazco, el aspirante plurimorenistaspriistaspanista, lo decían todo.
Las expresiones fúnebres de Julio Huerta, el aspirante; Andrés Villegas Mendoza, el presidente del consejo estatal; Olga Lucía Romero Garci-Crespo, la dirigente estatal de Morena; Olivia Salomón y Lizeth Sánchez, contrastaban con la sonrisa de oreja a oreja de Armenta Mier.
Las caras largas reflejaban la derrota sufrida por el grupo político de Morena en el gobierno estatal liderado por Sergio Salomón Céspedes Peregrina, los herederos del barbosismo descafeinado.
Fue una victoria de tres bandas del ex líder estatal del PRI, el marinista Alejandro Armenta Mier, quien logró propinarle un revés al poderoso grupos inmobiliario patrocinador del legislador federal, el también ex priista Ignacio Mier Velazco.
Armenta logró en Morena lo que no pudo en el PRI en el 2010 cuando el “dedazo” del entonces gobernador Mario Marín Torres no lo benefició, al preferir Marín a otro de sus pupilos, el chiapaneco Javier López Zavala, actualmente preso como presunto feminicida.
Armenta, converso al movimiento populista de la 4T del priismo nacionalista revolucionario de echeverrista de López Obrador, había peleado la candidatura en las elecciones extraordinarias de 2019, posterior a una pelea encarnizada que perdió con el difunto Miguel Barbosa.
Para el proceso de 2023 el senador le había advertido a los barbosistas descafeinados de Céspedes Peregrina, que pese a que ellos tenía el control del Consejo Estatal de Morena y lo bloquearon, contaba con el apoyo de los ciudadanos y les ganaría en las encuestas, y así ocurrió.
Puebla es el único estado que por “décimas” no cumplió con las indicaciones del dueño del “batón de mando” para que Nacho Mier fuera el designado, como lo había “deado” AMLO para los estados de CdMx, Veracruz, Jalisco, Tabasco, Morelos, Chiapas, Guanajuato y Yucatán.
Lo cerrado de los porcentajes en las encuestas aplicadas por Morena solo confirmaron que los aspirantes más competitivos eran los primos Armenta Mier y Mier Velazco.
La designación de Armenta Mier como abanderado de Morena carga un lastre con la ex alcaldesa poblana Claudia Rivera Pérez que con muy baja puntuación, se coló en la segunda fórmula al senado, por el criterio de género.
Rivera Vivanco nada aportará a la urgida votación que requiere Morena para ganar la mayoría absoluta en la Cámara Alta, a diferencia de la aportación que sin duda hará Mier Velazco, en la primera fórmula.
Armenta Mier, un político experimentado formado en la esuela de su menor político Mario Marín, hará el llamado a la unidad para incorporar a “todos” a la campaña porque le prometió de Claudia Sheinbaum Pardo 2 millones de votos de Puebla, de los 31 millones pronosticados por AMLO.
Pero los morenistas en el gobierno, los “nachistas” y “claudistas” deberán estar conscientes que una vez en el gobierno el que mandará y gobernará es Alejandro Armenta Mier; terminará la “unidad” en Morena, y repartirá solo “migajas” desde Casa Aguayo.
Con una aparente preferencia electoral de más del 50% por los poblanos por Morena, con la reprobación del 43 al gobierno de Céspedes, pero con alta intención de voto a Alejandro Armenta, el junio del 2024 se cumplirá la meta de gobernar para reinstalar el marinismo en Casa Aguayo, grupo político del preso en el penal del Altiplano que está con AMLO desde 2016.