Alejandro “Alito” Moreno Cárdenas vino a Puebla a presidir un evento de la cúpula del priismo poblano, prácticamente sin cuadros dirigentes y escasos militantes. La gran mayoría de liderazgos y base social se fue a Morena desde las elecciones extraordinarias a gobernador en 2019 y en las legislativas y municipales del 2021.
Prácticamente todo el priismo está en Morena porque el otrora partido-gobierno, el PRI, cogobiernan el estado con el grupo del mandatario.
Solo bastaría con revisar los recientes nombramientos de secretarios, subsecretarios y directores en el gobierno estatal para corroborar el cogobierno, son posiciones al PRI cabildeadas por el diputado Jorge Estefan Chidiac.
El sábado pasado Alito asistió a un evento de simulación del PRI porque ni es oposición ni el partido tiene base militante porque sectores como la CTM y presidente municipales priistas, están en Morena.
El mismo fin de semana, el domingo, el ex candidato a gobernador priista a la gubernatura y el alcalde poblano, Enrique Doger Guerrero, junto con otros 30 cuadros de ese partido ligados a él, anunciaron el respaldo al morenista Ignacio Mier Velazco como pre candidato a gobernador.
Mier Velazco no pertenece al grupo político de Morena en el gobierno del estado, y el ex rector de la BUAP es un priista rechazado en ese partido por la dirigencia estatal liderada por Néstor Camarillo Medina.
Con esa realidad de cogobierno con Morena en el estado, el líder nacional del PRI Morena Cárdenas le juega a ser partido “opositor” con el Frente Amplio por Puebla.
Es de tal tamaño la alianza de cogobierno con Morena y la simulación en el frente opositor que el campechano se dio el gusto de mencionar una lista de priistas destacados priistas como aspirantes a la gubernatura.
A juzgar por los nombres y apellidos, se trata de “cartuchos quemados” de priistas, y verdaderamente es una “caballada flaca”: Javier Casique, Néstor Camarillo, Lucero Saldaña, Blanca Alcalá Ruiz y Jorge Estefan Chidiac.
Tanto los que se quedaron con la franquicia del PRI que cogobiernan con Morena, y los “priistas” que apoyan a Nacho Mier, el partido tricolor se queda con militantes fieles como Melquiades Morales, con el consuelo de que por lo menos hay quien cierre la puerta y apague las luces.
El PRI es un espejismo para los partidos PAN y PRD en el Frente Amplio por Puebla, porque pretende tener candidato a la gubernatura como moneda de cambio para obtener más y mejores posiciones a las diputaciones federales, al senado, al Congreso local y en los ayuntamientos, lo que es una treta para el Frente Amplio y para el electorado.