A pesar de la disminución del número de poblanos en pobreza moderada, la realidad es que el 54 por ciento de los habitantes del estado viven en la pobreza, y 761 en la pobreza extrema. Puebla se ubica entre las cuatro entidades más pobres de país, cinco años de gobierno de la Cuarta Transformación.
Con base en los datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social Multidimensional 2002 (Coneval), son 3 millones 626 mil los poblanos en pobreza, la cuarta más elevada del país.
No obstante, al ser Puebla el cuarto estado más pobre del país, la cantidad se redujo en 509 mil, que equivalente a 8.4 por ciento menos, a diferencia de los 4 millones 136 mil personas en esa condición.
Sin embargo, viven en pobreza extrema el 3.3 por ciento más de la población en 2022, que equivalente a 240 mil personas más y suman en total 765 mil poblanos en pobreza extrema; mientras que en pobreza moderada viven 2 millones 861 mil, es decir, el 42%.
El rubro más importante que reporta el Coneval es la carencia de acceso a servicios de salud que en el país suman 30 millones de personas, de éstos 3 millones 241 mil en Puebla no tienen acceso a la salud.
En el año 2020 el 32 por ciento de los poblanos carecían de servicios de salud, eran 2 millones 120 mil, pero para el año 2022 aumentó a 48 por ciento, que suman 3 millones 241 mil, un alza de 1 millón 121 mil personas más.
Y pese estos datos, el ex secretario de salud estatal, José Antonio Martínez García quiere ser gobernador, y de verdad hay que tener cara dura.
Una situación similar se reporta en el rubo de carencia de vivienda, la falta de acceso a la vivienda pasó de 10.4 por ciento en 2020 a 11.4 por ciento en 2022, poco más de 77 mil personas carecen de un hogar.
Esta es la realidad social que vive Puebla como el cuarto estado más pobres del país, con el 54 por ciento de la población en esta condición; con 765 mil poblanos en pobreza extrema y 3 millones 241 mil que carecen de servicios de salud.
Esta realidad obliga a sintetizar que en el gobierno de la 4T es una fábrica de pobres, sí que están haciendo historia, empobreciendo a los poblanos y coartando su derecho humano a los servicios de salud, resultado que ha terminado en un desastre del sector salud con el fracaso del Insabi.