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VW: riesgo de huelga por populismo sindical

Nada personal /Pablo Ruiz Meza

El sindicato independiente de trabajadores de la automotriz Volkswagen presentó ante las autoridades laborales el emplazamiento de huelga a la empresa por demanda a un incremento salarial del 15 por ciento. Esta petición del sindicato de alza salarial de dos dígitos, lo doble del índice inflacionario, ocurre en un contexto de dificultades de la industria automotriz por la falta de componentes, mientras que en el ámbito gremial la decisión deberán tomarla los trabajadores en una votación en urnas.

En primer caso, la fábrica de autos de la firma alemana arrastra una serie de paros laborales debido a la falta de componentes para el ensamblado de autos.

Solo en este julio, la planta automotriz ha extendió los paros técnicos en las líneas de producción por dos semanas más, del lunes 17 al viernes 28, en el segmento tres dedicado a la fabricación del modelo Taos.

La falta de componentes complica el ensamblado de autos desde febrero en las líneas de producción Jetta, Tiguan y Taos, y así ha transcurrido el primer semestre del año.

El segundo aspecto en la demanda salarial del 15% formulada por el Sindicato de Volkswagen, para ponerlo en contexto, es el antecedente de la revisión del año anterior cuando los trabajadores en votación en urnas rechazaron por dos ocasiones el ofrecimiento salarial de la parte patronal.

Como cada año, en este 2023 vencerá el plazo del emplazamiento a huelga el 18 de agosto a las 11:00 horas, y representantes del sindicato y de la empresa Volkswagen negociará solo aumento al salario, porque la revisión de las cláusulas del Contrato Colectivo se realiza cada dos años.

Ante la dificultad que enfrenta la armadora Volkswagen por las “secuelas” postpandemia que afectó la producción de autos en el mundo, convendría a los dirigentes del sindicato independiente, ser más realista en la demanda salarial.

El sindicato le genera expectativas a los trabajadores de que ganarán más, y cuando les ofrecen menos del 15%, cuando acuden los trabajadores sindicalizados a las urnas a votar si aceptan o rechazan la contrapropuesta salarial patronal, los dirigentes son rebasados por la base trabajadora y ponen en el riesgo la estabilidad laboral al favorecer un conflicto laboral al estallar la huelga.

El año pasado, ante la rebelión sindical de los trabajadores, el gobierno del estado y las autoridades laborales federales tuvieron que intervenir en la vida interna del sindicato para neutralizar la votación en las urnas que exigían un incremento salarial mayor.