Los llamados fundadores de Morena, muchos de ellos de la izquierda de cafetería, no solo se sienten rebasados, sino excluidos por los priistas y panistas en la puja por la gubernatura.

Al no sentirse representados por los barbosistas con Julio Huerta Gómez ni por los ex priistas Ignacio Mier Velazco y Alejandro Armenta Mier, apuntan a María Luisa Albores González.

Albores es secretaria federal del Medio Ambiente (Semarnat), originaria de Chiapas, con 25 años de residencia en el estado, y presumen cuenta con la ciudadanía.

Se trata de un perfil competitivo en la carrera por la candidatura de Morena a la gubernatura, donde la apuesta es que el criterio sea postular a Albores, para cumplir con la cuota de género, para hacerse de nominación, porque para una encuesta, no tiene arraigo entre los poblanos.

Los aspirantes punteros a la nominación morenista han sido hasta la fecha los legisladores poblanos Mier Velazco y Armenta Mier, que han tapizado bardas y anuncios panorámicos con publicidad promocional en el estad.

La incursión de María Luisa Albores en la contienda morenista por la gubernatura es impulsada por estos segmentos del lopezobradorismo de la 4T en Puebla que no vienen de los desprendimientos del PRI, como es el caso de los primos Mier.

De esta manera una mujer originaria del estado de Chiapas se ha incorporado a la lista de aspirantes de Morena.

En la historia reciente de la política poblana se trata de la segunda persona originaria del estado de Chiapas que aspira a gobernar a los poblanos, como lo pretendió el también chiapaneco Javier López Zavala, en 2010, priista actualmente preso de presunto feminicida.

Son tres los aspirantes con mayores posibilidades de alzarse con la candidatura de Morena a la gubernatura de Puebla: Ignacio Mier, Alejandro Armenta y María Luisa Albores, en la medida que el barbosista Julio Huerta y la ex alcaldesa Claudia Rivera, son aspirantes testimoniales.

Sin reglas de competencia ni filtros para regular gastos millonarios promocionales, el partido Morena hace gala de la prepotencia propia del partido único, o partido-gobierno que tanto le criticaron el PRI, pero ahora lo superan con creces.