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A la promesa de amor eterno, le sigue el divorcio: UNAM

En 2020, debido a la pandemia, la cifra de divorcios disminuyó a 28 por cada 100 matrimomios, pero en 2021 registro un repunte de 33

En México, los índices de divorcio aumentan cada año, lo que indica que muchas relaciones de pareja ya no son duraderas.

En 2011 hubo 16 separaciones legales por cada 100 matrimonios, en 2015 fueron 20 y en 2019, 32. En 2020, debido a la pandemia por la covid-19, la cifra disminuyó a 28, pero en 2021 repuntó a 33, según datos de Inegi.

La académica de la Facultad de Psicología de la UNAM, Melissa García Meraz, advierte que aunque los datos del INEGI solo registran las relaciones formales que terminan en un divorcio, en México hay muchas parejas que se separan sin formalizar su divorcio, lo que no se refleja en las estadísticas.

A pesar de que hay un aumento en la disolución del vínculo, también hay parejas que se casan. Según la universitaria, “si hacemos una resta, salimos en saldos positivos”.

Con motivo del Día del Amor y la Amistad, que se celebra el 14 de febrero, la especialista explica que, aunque las tendencias mundiales indican que muchas relaciones de pareja terminan en divorcio, hay muchas personas que todavía deciden casarse, publica en el portal UNAM Global.

La idea de encontrar a la pareja perfecta y al amor verdadero para construir una familia sigue prevaleciendo.

Los conflictos son diferentes en parejas casadas que en parejas en unión libre. Estas últimas tienden a abordar los conflictos de manera más abierta que las parejas casadas.

Según la especialista, “hay una especie de visualización de que cuando estás casado, estás en una institución formal y tienes más barreras para salir”.

Unión libre

En el pasado, la unión libre se consideraba una especie de prueba previa al matrimonio, pero ahora se ha convertido en una opción de vida, según la especialista.

Para evitar separarse, la especialista sugiere que es fundamental mantener la relación: comunicarse, planear juntos, hablar sobre sentimientos y emociones y tener tiempo libre para ambos. De esta manera, es más probable preservar la relación.

La académica de la Facultad de Psicología, García Meraz, considera que las redes sociales están revolucionando todas las áreas, incluyendo las relaciones interpersonales.

Hay una tendencia en los individuos a buscar información sobre sus parejas. Antes, llevaba tiempo conocer a una persona, pero ahora recibimos demasiada información en sus perfiles, donde muestran una especie de ventana a su círculo de amistades e incluso fomentan la intimidad inmediata.

A pesar de esta visualización positiva, también tienen un lado negativo. Quienes pasan más tiempo en las redes desarrollan situaciones ansiosas frente a la pareja, pues pueden conflictuarse si la otra persona está en línea y no se comunica con ella, alerta la universitaria.

Con estas herramientas, quien vigila a la pareja se puede volver obsesivo y ejercer un proceso de intrusión, incluso de violencia, que no respeta la privacidad. Aquellos que desarrollan apego y ansiedad hacia el otro, tienden a no emplear las redes sociales de manera positiva.

“Somos seres sociales que buscamos para encontrar a otro. A veces encontramos a personas parecidas a nosotros, y a veces a otras muy diferentes que nos sacan de nuestra zona de confort o nos brindan aprendizaje. Es hermoso”. El fin de una relación, expone, comienza a verse no como un fracaso, sino como una experiencia que muestra la fortaleza de los individuos.